viernes, 11 de junio de 2010

CAÑA

Abro mis ojos rojos,

Me ahoga el peso de la frazada

Es una piedra desesperante, tosca

Me pesan en los ojos

Dos botellas mágicas

Botellas llenas de elixir loco,

Confuso, nauseabundo, bailador.

Una en cada parpado

Sentadas e inamovibles

Torturándome.

Debo salir a volar

Debo abrir mi cabeza rota

y comerme el cerebro,

Lo haría al ajillo.

Lo picaría para la pizza,

Y lo cagaría limpio…

Todo gira en carrusel

Sentado voy en un caballito torpe

Girasol que hace vomitar mis entrañas

Cosidas en vinagre

Mientras el espejo me dice:

Eres un loro rosado,

Copetero, rancio y feo.

Y yo me digo nunca

Un nunca del que soy ateo.

FIN.

TARDE DESPUES DEL ALMUERZO.

Demasiados bultos  a cuestas,

Qué lástima como caen los pétalos de su boca quebrada,

Cuantos besos les dio a los que la tocaron, comiendo-lento

El pan en su boca dijo:

¡Acepto!…

De pelo Rubio,

De manos largas,

De juegos sonrientes

Y boca ardiente.

Mira como su dedo se alarga

Para la mañana,

Para leer el diario….

Confusión entera

En forma de torta blanca,

De novia manchada

Por una menstruación húmeda,

Menstruación con la que juegan los niños,

Esos que le rompieron la boca

En el mismo momento en que el pan dijo:

Acepto…

¡Apesto!

No, acepto

Apesto a tarde después del almuerzo.

FIN.