sábado, 7 de febrero de 2009

MIERDA

MIERDA


Que mierda, que mierda, que mierda, que mierda….. Que mierda, cada día la misma mierda… mierda con la que puedo hacer nada… es muy rara la mierda…. Es tan inútil, tan silenciosa… nada… nada… nada…. Puta de mierda…
Que fome es ser puta de mierda…. Es como estudiar una profesión y no ejercer, es decir, soy un abogado de nada, soy un arquitecto de nada, soy un actor de nada...
Sin embargo, soy tan pariente de la mierda, de hecho soy el padre de mi mierda, de mi salió, ese mojón duro que te parte el culo, es un pequeño parto… hago las respiraciones ¡fuuu! Hasta que sale la mierda!.... y después la miro, es tan parecida a mí, tan incapaz como yo, tan indefensa, tan cartucha, tan solitaria… hasta me da pena tirar la cadena, pero hay que tirarla…porque la huea es desagradable, hedionda, sobre toda la mía, yo creo que es porque como puras hueas, es decir puras mierdas, como dije una vez - de mierdas vengo y a mierdas voy- ….pero eso es de otra historia.
Así aparezco aquí: chato, cansado, enmierdado con la vida, no veo mas que mierda, y no solo la veo la huelo… hasta la quiero… la toco, tiene tantas texturas… las más reconocible:
- Cuando la guata empieza a sonar ¡glop! y tienes que correr al baño, no te alcanzas ni a sentar y sale la mierda hecha agua, "LA DIARREA".
- Y esa dura ¡puta que cuesta que salga la hua!...mierda…mierda, que mierda….
Yo soy Mierda…me presento: soy la mierda…. ¿A QUIÉN LE IMPORTA? me escapé de un delirio de amor, no sé reír y ya no lloro, se me agotaron las lagrimas…. Aparezco como un todo sucio, feo y hediondo.
Aparezco del amor, de la tontera máxima de la mierda del amor…me dejaron porque ya no me querían…. Rogué tanto…. No sirvió de nada…no me querían… aparezco aquí, en donde están los enmierdados, porque me gusta la mierda.

KELITO

jueves, 5 de febrero de 2009

MI FAVORITO

BOHEMIA
Llegaron mis amigos del colegio y absortos vieron mi cadáver frío. “Pobre”. Exclamaron y salieron todos: ninguno de ellos un adiós me dijo.
Todos me abandonaron. En silencio fui conducido al último recinto; ninguno dio un suspiro al que partía, ninguno al cementerio fue conmigo.
Cerró el sepulcro mi sepulcro; me quejé, tuve miedo y sentí frío, y gritar quise en mi cruel angustia pero en los labio expiró mi grito.
El aire me faltaba y luché en vano por destrozar mi féretro sombrío, y en tanto… los gusanos devoraban, cual suntuoso festín, mis miembros rígidos.
¡Oh, mi amor!, dije al fin, ¿y me abandonas? Pero al llagar su voz a mis oídos sentí latir el corazón de muerto y volví al triste mundo de los vivos.
Me alcé y abrí los ojos. ¡Cómo hervían las copas de licor sobre los libros! El cuarto daba vueltas y dichosos bebían y cantaban mis amigos.

Ismael Enrique Arciniegas